Calidad de imagen

El primer aspecto a valorar es el tipo de panel y, en ese sentido la marca sigue su línea y utiliza un IPS de última tecnología. Se supone que debe ser similar al del SW271, aunque las diferencias están sobre todo en la resolución.

El panel tiene una gama de color semejante a la del espacio Adobe RGB 1998, algo que ya se considera habitual en los monitores actuales de gama alta. Además, el panel es de 10 bits (el máximo nivel actualmente), por lo que las gradaciones serán tan suaves que será imposible apreciar “escalones” en un degradado.

Hay que tener en cuenta que para poder disfrutar de los 10 bits, toda la cadena desde que se genera la imagen hasta que llega al monitor tiene que trabajar a la misma profundidad de color. Por lo tanto, la tarjeta gráfica tiene que estar capacitada para ello, el software que utilizas también (por ejemplo, Photoshop lo puede hacer, pero hay que activarlo en las preferencias), el driver y el cable que llega hasta la pantalla. En mi caso, mi AMD Vega 56 con cable DisplayPort no tiene problema en funcionar a 10 bits.

El brillo viene afortunadamente más bajo que en otros modelos. Los fotógrafos y editores de video solemos trabajar siempre en entornos más bien oscuros (los diseñadores suelen trabajar de otra manera), un brillo excesivo no es especialmente útil. Por no hablar de los editores de video, que muchos trabajan a oscuras. BenQ anuncia un brillo máximo de 350 Cd/m2, más que suficiente, aunque yo he medido un máximo de 230 Cd/m2 y un mínimo de 26 Cd/m2, lo cual me parece una horquilla excelente, sobre todo porque baja a niveles muy interesantes para quienes trabajen a oscuras.

También se anuncia un contraste nativo de 1000:1. En mis pruebas he medido un contraste nativo de 750:1, un valor bastante bueno, teniendo en cuenta que el sistema de uniformización está activo, y este siempre resta contraste al panel, algo completamente normal que todos los monitores del mercado sufren.

El contraste nativo se mantiene estable a lo largo de toda la escala de brillo, desde el 100% al 0%, cosa que no todas las pantallas ofrecen. Esto es porque llegado a un valor de mínimo voltaje en los LEDs interiores, empieza a bajarse el brillo por software en el panel, lo que mantiene el negro mínimo igual pero baja el blanco. En consecuencia el contraste pierde.

Interesante también comentar que el sistema que utiliza BenQ para regular el brillo no molesta a la vista, como si ocurre con otros fabricantes típicamente de categorías inferiores. La técnica que se suele utilizar produce un parpadeo que no se puede detectar fácilmente a simple vista pero por ejemplo si sacas la cámara de tu teléfono e intentas hacer una foto la pantalla, entonces apreciarás como se nota el parpadeo cuando la miras a través de tu teléfono. El sistema de alta frecuencia que utiliza BenQ consigue que la imagen se aprecie mucho más estable y por tanto es imposible notar parpadeo alguno, incluso a través de una cámara. Lógicamente, esto también se agradece puesto que al cabo de horas trabajando delante de esta pantalla, la vista se cansa menos.

El efecto de glow que se produce típicamente al mostrar negros en una habitación a oscuras es bastante correcto. Este efecto se nota especialmente al mirar la pantalla de lado o, estando de frente, al mirar a una esquina. En el caso del SW270C está muy bien controlado:

La calidad de la LUT 3D es muy buena, y permite modelar la gama tonal a través de los controles de matiz y saturación, pudiendo controlar independientemente cada uno de los seis primarios.

Es muy útil a la hora de calibrar este monitor para usar en vídeo, en donde en vez de hacer un perfil ICC, se “amolda” en la gama de color del monitor para que se ajuste al estándar escogido (Rec709 o DCI-P3). Y la verdad es que funciona muy bien, no degrada nada la calidad de imagen (como si ocurre especialmente en algunos televisores, incluso de alta gama). Aunque monitores mucho más caros, como los NEC Spectraview o los EIZO CG, tienen una LUT excelente, lo cierto es BenQ la ha ido mejorando constantemente y ahora está pisándoles los talones a aquéllos.

Aunque este modelo incorpora un sistema de uniformización de pantalla, parece que no lo tenga porque no está en los menús, mientras que su predecesor el SW2700 sí lo llevaba. Esto es debido a que sólo los modos precalibrados de fábrica lo incorporan.

Por ello, en los modos Adobe RGB y sRGB el resultado es muy bueno. Tan sólo al aumentar el contraste un 1000% se aprecia cómo está:

AdobeRGB a simple vista

Adobe RGB amplificado 1000%

sRGB simple vista

sRGB 1000%

Se aprecia una pantalla extraordinariamente uniforme, creo que superior a todos los modelos previos. Aún más sorprendente es que esto solo se aprecie (y levemente) cuando el contraste se enfatiza al 1000%, porque a simple vista es -literalmente- imposible ver.

A diferencia de los modelos anteriores, en los otros presets y en el de usuario ahora sí hay uniformización, lo que confirma que el sistema de 2ª generación que estrena la marca supone un paso adelante muy grande.

Rec709 (amplif.)

DCI-P3 (amplif.)

Display-P3 (amplif.)

Modo Custom (amplif.)

Modo calibrado (amplif.)

Para darnos cuenta de lo grande que supone este salto, he decidido buscar en mi archivo pruebas de uniformización hechas con un competidor de categoría superior (en precio) como es el NEC PA242 y comparar directamente. El resultado casi me hace caer la mandíbula…

Uniformizacion NEC PA242. Es obvio que el SW270C es mejor, lo que resulta increible. Más sorprendente es que este último cueste claramente menos, incluso siendo de 27” (frente a las 24” del NEC).

No tengo aquí pruebas similares hechas sobre el EIZO que probé en 2016, pero en base a lo visto, puedo afirmar que ahora mismo el SW270C es superior a su equivalente de NEC, y probablemente también -o al menos igual- al de EIZO. Ahí es nada…

Continúa en la página 6…