BenQ GS-1, pequeño pero matón

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Todos los que han asistido a una clase de fotografía saben lo que ocurre con los proyectores: que la inmensa mayoría se ven fatal. Un desastre. Qué ironía que pase eso en una proyección de fotografías, ¿eh?

 

Un vistazo general

Bueno, para resolver eso ya comenté y analicé en detalle que el proyector BenQ W1700 tiene una calidad de imagen soberbia, y tanto fotos como videos se ven espectaculares. Y lo sigo corroborando después de meses de uso con películas. El problema es que es un proyector grande y pesado. Para tenerlo fijo en un aula, perfecto, pero para un taller ocasional como los que imparto a menudo, la cosa se complica. Aquí es donde un proyector portátil viene de perlas. Bien, pues el GS-1 es una excelente opción.

El problema es que si los típicos proyectores de oficina y presentaciones (que son los más comunes por ser los más baratos) tienen una pésima calidad de imagen para fotografías y videos, un microproyector aún es peor.

Pero BenQ lleva ya unos años demostrando que saben hacer las cosas muy bien y este GS-1 es una nueva demostración. No esperes una calidad equivalente a la del W1700, obviamente, pero sí claramente superior a la competencia.

Lo primero que sorprende es el embalaje, porque en vez de la típica caja con protecciones de poliestireno y cada componente en un compartimento, dentro solo hay un maletín de viaje, y dentro están todos los elementos perfectamente colocados para llevar de viaje.

El proyector sorprende por lo pequeño que es, ya que prácticamente cabe en la palma de la mano. Diría que en el bolsillo de un abrigo cabe. Tiene un acabado gomoso en blanco que le da un tacto muy agradable, aunque personalmente no me gustan mucho estos acabados porque a largo plazo –por lo menos donde yo vivo, en Barcelona- se deterioran y vuelven pegajosos, cosa que pasa en todo tipo de aparatos: salpicaderos de coche, gadgets, etc…

El transformador de corriente tiene un tamaño y peso acorde con el aparato, y es muy pequeño y ligero. Pero lo más sorprendente es que con el GS-1 viene una (gran) batería que mide prácticamente lo mismo que el proyector, pero es más fina. Le otorga una portabilidad ejemplar, ya que dura un máximo de 3h. Cierto, no duraría un taller de un dia, pero sí una conferencia o proyección de fotos. Por si fuera poco, se pueden comprar otras baterías y, ojo al dato, se puede cambiar en caliente SIN que se pierda la imagen, gracias a una pequeña batería incorporada en el propio GS-1.

Incluso con la batería acoplada, el proyector sigue siendo muy pequeño y ligero.

En la parte de atrás se pueden ver todas las conexiones:

Junto al consabido HDMI (el VGA ya es totalmente obsoleto) hay dos USB para conectar directamente pendrives o discos duros portátiles y poder leer directamente desde ahí fotos y videos. También hay una conexión de auriculares por si quieres conectar un altavoz externo o escucharlo en privado con auriculares. La batería se carga desde el proyector, y tiene que estar acoplada a él para ello. Sorprendentemente, la batería tiene una conexión USB, pero no para pendrives, sino para que puedas cargar otros gadgets con ella. ¡Excelente idea!

El GS-1 es un proyector denominado, “de camping” y por eso viene con una funda de goma naranja muy vistosa, que lo protege de la intemperie bastante bien.

La funda está diseñada para proteger al proyector con la batería y se puede poner o quitar, aunque no muy fácilmente. Imagino que es parte de la protección, pero queda muy ceñida y la operación de poner y quitar cuesta un poco. Una vez puesta, eso sí, ofrece una protección muy buena (IPX1) que imagino que le permitiría aguantar salpicaduras de agua y bebidas fácilmente.

Por último, el mando a distancia es sencillo, tiene los mismos acabados, y permite controlar las funciones básicas.


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