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Hasta ahora he testeado ya unos cuantos monitores, y últimamente varios de la marca BenQ. Son monitores de categoría profesional y altas prestaciones, y la verdad es que dan unos resultados magníficos. Lo que no me esperaba -si me lo hubieran dicho hace seis meses- es acabar haciendo una prueba a uno de sus proyectores. No por nada en particular, sino porque siempre he asumido que los proyectores de precio “razonable” tienen una calidad de imagen, digamos, bastante justita, y no tienen demasiado interés, salvo si tienes un gran presupuesto.

Nunca he tenido un especial interés por los proyectores, pero lo cierto es que cuando imparto clases y hay un buen proyector en el aula se agradece muchísimo. He perdido la cuenta de la cantidad de sitios donde si no fuera porque antes de empezar la clase suelo pasar más de media hora tratando de “domar” el proyector un poco, los colores de las fotografías serían un completo desastre. Y, claro, que venga un profesor a dar una clase de gestión del color, y que éste sea un desastre en su proyección, pues no deja muy buena sensación…

En la mayoría de ocasiones he conseguido un resultado bastante decente, pero muchas veces a costa de sacrificar bastante el brillo, con lo cual hubo que impartir la clase prácticamente a oscuras. Y en los casos en los que el brillo era suficiente, los colores se ven pobres. En algunas ocasiones los colores son realmente tan pobres, que realmente algunas fotografías se ven muy, pero que muy extrañas. No es raro el caso del rojo, naranja y amarillo que parece que se hayan desinflado completamente.

Es cierto que ya hay algunos modelos de algunas marcas que por menos de 1000 € ya ofrecen un resultado bastante decente, pero las posibilidades de ajuste en el menú son muy limitadas, y los colores tampoco son como para tirar cohetes.

Pues bien, en noviembre de casualidad me encontré una publicidad de BenQ en la que mostraban las bondades de su último proyector para home cinema, el W1700. En ella mostraban tantas virtudes de este proyector, que casi me hacía pensar que fuera una extensión de la gama que tienen de monitores de para fotografía profesional, así que decidí contactar con el representante de la marca para preguntarle si habría posibilidad de probarlo. Y después de unos cuantos correos de ida y de vuelta, accedieron.

BenQ W1700 03

Nos ponemos en situación…

El BenQ W1700 es un proyector para home cinema bastante sorprendente, porque ofrece una calidad de imagen y unas prestaciones que personalmente me he encontrado en modelos que triplican o cuadriplican su precio. El caso es que en los últimos años he tenido que calibrar proyectores de gama profesional en pequeñas salas de vídeo y algunos home cinemas, y conozco bien la calidad de imagen que consiguen. Además, al haberlos calibrado y medido, también conozco con exactitud cuáles son exactamente sus cualidades en cuanto a contraste, color, luminosidad…

Pues bien, en mi opinión, este W1700 viene a revolucionar el mercado porque compite, no con los de su precio, sino con los de varias gamas superiores. Y digo esto, no porque esté tratando de hypear este proyector porque yo sea embajador de la marca, sino porque me ciño a los datos: basta con echar un vistazo a una de las webs de referencia en pruebas de proyectores para ver que en la gama de precios de entre 1000 y 2000$, los mejores modelos tienen unas prestaciones similares a este en cuanto a luminancia y otros aspectos. Pero hay una “pequeña” diferencia: ninguno de esos modelos alcanza una resolución de 4K, mientras que el W1700, sí lo hace. Y eso quiere decir que es capaz de proyectar el equivalente a cuatro proyectores FullHD juntos…

Es más: el W1700 es un proyector 4K auténtico, lo cual quiere decir que es capaz de presentar una imagen de resolución 4K, mientras que muchos otros proyectores optimizados para 4K lo consiguen utilizando diversas técnicas que, al final, no dan la resolución real prometida. Por ejemplo: unos muestran una imagen de resolución FullHD (que tiene la mitad de resolución, y la cuarta parte en píxeles que un 4K) que se desplaza 1 px arriba y abajo alternativamente, lo cual a simple vista hace parecer que se trate del doble de resolución, pero la realidad es que el nivel de detalle es muy inferior. Muchos modelos que se anuncian como 4K no tienen realmente los 8Mp que define este estándar sino que tienen realmente la mitad: 4Mp, combinados con diversas técnicas para interpolar hasta los 8Mp.

Resumiendo: el W1700 muestra una imagen de resolución 3.840×2.160 (8,3 Mp) píxeles diferentes en cada fotograma gracias a su chipset DLP 4K con procesado de imagen avanzado. Un proyector optimizado para 4K sólo produce la mitad que un auténtico 4K, y usualmente gracias a la tecnología pixel shifting. Esta muestra normalmente una resolución d 2K, pero duplicada para aparentar 8 Mp en pantalla.

Y aún hay más: el W1700 tiene un contraste nativo de 10.000:1 y un chip (que no un panel, puesto que hablamos de proyectores, no de monitores) de 10 bits!

 

Un vistazo general

El BenQ W1700 es un proyector de tamaño, digamos, mediano. Parece más pequeño en fotos de lo que es. No es como esos proyectores finitos que casi parecen un libro grueso de fotografía; no, es bastante más grueso y grande. El diseño, aunque esto es una cosa bastante personal, me parece bastante agradable. Las curvas tan suaves casi lo hacen parecer un cojín que apetece acariciar. Pesa unos 4 kilos; no es demasiado, pero desde luego no es como para llevar tranquilamente en una bandolera, aunque tampoco es difícil de transportar. Diría que está un poco en el límite de lo portable.

BenQ W1700 02

La ubicación de los controles que es la típica: el aro de zoom y de enfoque junto a la lente, el botón tipo “pad” para acceder y controlar los menús, y todas las conexiones en la parte trasera.

BenQ W1700 07

Tiene dos entradas HDMI pero no son iguales. La de la izqda. Admite HDMI 2.0 mientras que la otra llega a 1.4; por eso siempre es preferible usar la 1ª. Tiene también dos entradas USB, una pequeña y una estándar. La pequeña es sólo para el servicio técnico, pero la normal permite conectar directamente un pendrive o un disco duro y reproducir directamente desde ahí. Además, proporciona 1.5A de corriente, con lo que alimenta a discos chupones.

BenQ W1700 08

Las patas permiten la regulación de inclinación en los dos ejes, con la única pata delantera fácilmente regulable en altura. Las traseras van roscadas para permitir nivelarlo fácilmente. Una pega es que la goma de la pata frontal se sale con facilidad, aunque con unas gotas de pegamento se soluciona rápido.

BenQ W1700 06

El mando distancia está muy bien organizado, es muy claro, fácil de leer, y además todas las teclas están retroiluminadas para que puedan verse fácilmente a oscuras.

BenQ W1700 09

La organización de las teclas me recuerda a modelos de gama y precio muy superior a este, con accesos directos a las cosas importantes que hay que ajustar: el brillo, contraste, máscara de enfoque, temperatura de color, curva de gamma, modo HDR, ajustes de geometría, gestión de color avanzada… Se puede pedir más?

BenQ W1700 05

Eso si, algunas teclas están deshabilitadas pero solo lo indica en el manual. Por ejemplo, Dynamic iris Detail enhancer or Lumi expert deben ser de otro modelo con el que comparte mando, pero en el W1700 no funcionan.

La instalación no conlleva ninguna complicación. Básicamente es enchufar, encender y listo. El proyector reconoce automáticamente la fuente conectada y muestra la imagen en pocos segundos. El encendido tarda bastante (alrededor de un minuto), al igual que el apagado. En ese sentido, es similar al resto de proyectores.

Una vez encendido, en una habitación en completo silencio se oye ligeramente el ventilador, pero si se escoge el modo “Eco”, en el cual la bombilla baja de voltaje (y la imagen se vuelve menos brillante), el ventilador también va más despacio y realmente es muy muy silencioso (33 y 29 dBa respectivamente). En mis pruebas, lo he utilizado siempre en el salón a oscuras, y no he necesitado utilizar el modo normal; el Eco tiene el brillo justo.

La primera sorpresa (agradable) vino al percatarme, después de un rato viendo imágenes, de que no había ajustado en ningún momento la convergencia. Me refiero a que dependiendo de cómo esté colocado el proyector, la imagen queda distorsionada en forma de trapecio, en vez de ser un perfecto rectángulo. Me quedé un poco perplejo porque había ajustado un poco el proyector para inclinarlo ligeramente hacia arriba y sabía que al hacer eso no estaba perpendicular a la pared y, por lo tanto, debía de aparecer una imagen trapezoidal. Vaya, es lo que me ha pasado toda la vida con los proyectores en las aulas.

Pero resulta que –sorpresa- el W1700 lleva un giróscopo interno y ¡se corrige automáticamente! Sí, amigos, parece que la tecnología de los móviles ahora también llega a los proyectores. Cogí el proyector con las manos y lo incline ligeramente hacia arriba y abajo y comprobé que, en efecto, se corrige automáticamente a los pocos instantes. ¡Qué gran idea!

PD: He sabido posteriormente que esta función ya es común en muchos modelos, pero realmente yo no era consciente de ello hasta ahora.

Con el proyector ya bien instalado, encuadrado y enfocado, viene la segunda sorpresa: la calidad de imagen.

La verdad es que no sé muy bien qué palabras utilizar para describirla. No quiero parecer repetitivo ni excesivamente optimista. Es cierto que como embajador de la marca me he comprometido a hablar de sus productos, y es fácil hablar bien de ellos, pues tienen muchas virtudes. Evidentemente voy a detallar sus virtudes, pero como todos los aparatos de este mundo, no están exentos de defectos. Como es lógico, no me voy a ensañar con ellos, pero es mi obligación moral describirlos.

Pues bien, procurando moderarme con mis palabras, he de admitir que es la primera vez en muchos años que una imagen me impresiona tanto. Es lo más cercano a un cine de verdad que he podido ver en una habitación de tamaño mediano.

Seguramente mi impresión está condicionada por el hecho de que la pared escogida mide 3,8 m de ancho y la imagen prácticamente abarca la pared de esquina a esquina. Imagina la situación: tienes delante una imagen de 170 pulgadas (ríete tú de las 60” de las teles más punteras hoy día) que prácticamente llena una pared de casi 4 m de ancho. Como puedes suponer, impresiona cuando estás en esa habitación.

De acuerdo, el tamaño importa, y mucho. Pero no es sólo el tamaño, porque cualquier proyector puede llenar una pantalla así; sólo es cuestión de separarlo a la distancia adecuada. Son muchos aspectos juntos los que consiguen realmente impresionar. Por un lado, que la distancia de tiro a la que consigue llenar esta pantalla es bastante corta: poco más de 5 m.

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