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Disco duro muy rápido.

Muchos usuarios no se dan cuenta, pero la velocidad del disco duro influye mucho en el tiempo que tarda en abrir los programas, los archivos y en arrancar el sistema, y el efecto que tiene es muchísimo mayor que la CPU. Es decir, que en el rendimiento general se nota mucho más la mejoría de un disco duro rápido que una CPU rápida a la hora de abrir Photoshop y fotos grandes.

Para saber a qué velocidad trabajan los discos tradicionales, quizás lo primero es mirar a qué la velocidad de giro funcionan (que suele ser 5.400 rpm o 7.200 rpm), porque suele ser un buen indicador de su velocidad, pero no te confundas: incluso partiendo de las mismas premisas (discos de igual velocidad de rotación), no todos los discos duros rinden igual. Por ejemplo, los Western Digital o los Hitachi suelen rendir mejor que los Seagate, aún con las mismas prestaciones sobre el papel. Para salir de dudas, consulta comparativas, como ésta.
Si gira a 7.200 rpm es mucho mejor que si lo hace a 5.400 rpm y si tiene 16 MB de caché también mejor que si sólo tiene 8 MB. De todos modos, repito, la velocidad de giro no es suficiente para saber la velocidad de lectura y la de escritura, que es lo importante. Hoy día no es difícil encontrar discos de más de 100 MB/s de lectura y escritura para sobremesa y de más de 80 MB/s para portátil, pero vale no cualquier modelo, desde luego.


Disco duro de alto rendimiento Raptor.

En este sentido, los portátiles Mac suelen ser bastante lentos, porque Apple suele decantarse por discos muy silenciosos (que suelen rendir poco) en vez de por discos potentes (que no son tan silenciosos).

 

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Dos mejor que uno (ya lo dice el dicho desde hace mucho tiempo).

Dos discos duros de 1 TB rinden mejor que uno de 2 TB porque hay dos cabezas lectoras en vez de una. Además, los archivos temporales que muchos programas necesitan escribir (photoshop genera temporales muy grandes) pueden ser escritos en el segundo disco duro mientras se trabaja con la imagen sita en el primero. La capacidad del disco duro no es tan determinante como su velocidad en las prestaciones finales del ordenador , así que si lo que buscas es que Photoshop abra los archivos a la velocidad del rayo es mejor invertir en velocidad que no en más gigas. Mi ordenador actual, para que te hagas una idea, es capaz de abrir un archivo TIFF de casi 400 MB en 2 segundos.

Una buena opción es montar un sistema RAID-0 (también conocido como Stripping). Este sistema consiste en conectar dos discos para que trabajen paralelamente, de manera que cada vez que guardas un archivo, cada disco se encarga de guardar la mitad del mismo, con lo que el tiempo para guardar lo se reduce a la mitad. Es un sistema barato y fácil de montar, aunque no tan seguro como usar dos discos por separado. La explicación es que si falla un disco, todos los datos se pierden. De todos modos, es un sistema que yo recomiendo muchísimo desde hace tiempo porque la ingente cantidad de tiempo que se ahorra compensa con creces el tiempo para hacer copias de seguridad diarias.

En este sentido, los nuevos discos SSD ya tienen un precio asequible y una velocidad asombrosa y son muy recomendables. Para que te hagas una idea, ya se pueden encontrar discos SSD con una velocidad de lectura superior a los 300 "megas por segundo" por un precio menor a 200 € y una capacidad de 128 GB.


A la izquierda, un disco duro tradicional, en el centro y derecha, un moderno disco SSD.

¿Qué es más rápido para usar en Photoshop? ¿Un disco normal, de mucha capacidad, o un moderno disco SSD? En este vídeo verás rapidamente la diferencia.

 

 

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No gastarse mucho dinero en el último modelo de CPU. Una CPU último modelo puede ser entre un 300% y un 1.000% más cara que la que tiene la mejor relación calidad-precio y, en cambio, sólo supone un aumento de rendimiento de entre un 5% y un 30%. Es por ello que no conviene pagar mucho por la "ultimísima" CPU para poder invertir en otros componentes como monitor, discos duros o memoria RAM.


Vista del interior de una moderna CPU.

Por otro lado, hoy día también tenemos que decidir sobre el número de núcleos que queremos que tenga, llegando los ordenadores más altos de gama hasta los 16 núcleos. Según se puede comprobar en artículos especializados, en general los núcleos no suelen trabajar todos al unísono salvo con aplicaciones muy específicas que casi siempre son de video o de 3D. Con photoshop es raro ver todos los núcleos trabajando al máximo. Esto ocurre sólo en momentos puntuales, como por ejemplo al pintar con pinceles de tamaño enorme, al aplicar algunos filtros muy particulares o o cuando se están exportando los RAWs. Por eso, salvo que vayas a hacer mucho render de 3D o de vídeo, no te recomiendo que inviertas mucho dinero en una cpu de muchos núcleos. Es más recomendable escoger una con menos núcleos pero de mayor velocidad, porque al final del día notarás un aumento de rendimiento. La explicación está en que es mucho mejor tener dos núcleos muy rápidos (que trabajan casi constantemente), que no 4, 8 o 16 más lentos, ya que la mayor parte del tiempo trabajan sólo uno o dos, mientras que el resto están descansando tranquilamente.

Además, en el caso de los portátiles es aún más necesario, porque la temperatura que pueden alcanzar es muy superior con CPUs de cuatro núcleos que si tiene sólo dos. Se dan casos de portátiles modernos en los que con una cpu de cuatro núcleos trabajando a pleno rendimiento se han alcanzado -y superado- los 100º C. ¿Cómo crees que se trabajaría con un portátil como éstos en las piernas? Te freerías las piernas...
Esto es especialmente importante con portátiles de cuerpo de aluminio, como los MacBook Pro, ya que el propio cuerpo hace de radiador. Incluso con CPUs antiguas (tipo Core Duo, anterior al Core2 Duo), se hace bastante incómodo tenerlos encima de las piernas, cosa que en verano se vuelve sencillamente insoportable porque queman.

 

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No merece la pena "ahorrar" en el teclado y el ratón. Son los componentes con los que interactuamos directamente. Si son mediocres (los típicos genéricos), probablemente enlentecerán tu trabajo poco a poco. Un buen teclado y ratón cuestan 10 o 20 euros más que unos genéricos y son manifiestamente mejores (más precisos, fiables, silenciosos y duraderos). En el caso del ratón, personalmente prefiero los de cable a los inalámbricos porque estos últimos son más grandes y pesados, lo que los hace menos ágiles al moverlos. Además, es un cierto engorro tener que cargarlos frecuentemente.
Por otro lado, parece que los teclados negros se han puesto de moda, pero definitivamente prefiero los blancos. Sí, es cierto, no están de moda, pero las teclas y sus letras se ven mucho mejor, sobre todo en entornos de luz tenue como son típicos de fotógrafos. Si ya de por sí no se ve mucho en estos entornos, un teclado negro no hace sino empeorar las cosas...


Teclado blanco con ratón.

Si escribes mucho, quizás te interesa saber que hay teclados ergonómicos que facilitan esta tarea:


Teclado ergonómico con ratón.

También es interesante saber que incluso hay teclados (como este Optimus Maximus) cuyas teclas son pantallas, con las que será más fácil saber qué función desempeña cada una con cada programa:


Teclado con pantallas en cada tecla. Está disponible, pero a un precio desorbitado (unos 2000 $).

incluso cuenta con teclas especiales, configurables al gusto:


Teclas programables.

 

 
 
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