SUPERTELES NIKON

AF-S 80-200 f/2.8D IF-ED, AF-S 400 f/2.8D IF-ED, AF-S 500 f/4D IF-ED

Pocas veces tiene uno en las manos 1100mm de distancia focal en sólo tres objetivos y con semejantes luminosidades. La primera impresión es, valga la redundancia, impresionante: los 2 superteles con sus tremendas maletas de aluminio, llaman la atención descaradamente. Para un profano en fotografía, podrían ser esos equipos que utilizan en conciertos de música, pero en maletas mucho más bonitas y elegantes. Pero, al abrir esas maletas empieza lo bueno...

Unos tesoros al alcance de pocos

Empezando por las propias maletas, hay que decir que son de autentico lujo, 5 estrellas. El interior está cuidadosamente dividido en compartimentos y forrado de rojo. Compararlas con otras es como comparar un coche normal y uno de lujo con tapicería de cuero. Y en su interior se encuentran varios tesoros de tamaño nada despreciable y prestaciones mejores aún.

AF-S 400 mm f/2,8D IF-ED

El 400 que nos ocupa tiene unas dimensiones de 35 cm de largo por 16 de ancho y un peso de nada más y nada menos que 4,8 kg., aun estando fabricado con materiales de alta tecnología muy ligeros y robustos como el composite de fibra de carbono. Su, banda dorada en el frontal, su placa dorada con la inscripción y el color negro mate con esa rugosidad que caracteriza a los equipos Nikon de alta gama le da un aspecto muy "señorial", que impacta y destaca sobre todo su alrededor.

El diámetro del frontal es de unos 150mm, pero sin rosca para filtros (menos mal) ya que con semejante diámetro, el precio de un simple "skylight" sería de susto y el de un polarizador no digamos.... Trae un filtro protector frontal incorporado con revestimiento múltiple que tiene una calidad muy alta, ya que no tiene prácticamente reflejos. Los filtros se colocan sobre una pequeña pieza situada al lado del aro de diafragmas que se extrae y que acepta filtros de rosca de 52 mm. Un sistema mucho más lógico y económico.

Al igual que el 500 mm, incorpora 3 elementos realizados en cristal ED de baja dispersión, para conseguir mayor resolución y contraste.

Sus dimensiones y peso se encuentran entre los más bajos de su clase, aunque parezca lo contrario.

La gama de distancias de enfoque, comienza en 3,8 metros y llega hasta infinito y con un poco más de giro, para evitar el problema que aparece a muy bajas temperaturas debido a la contracción de las lentes y que impide enfocar a infinito cuando el aro de enfoque está situado a infinito. El aro de enfoque tiene un tamaño acorde con el resto y un tacto exquisito, tanto en manual como en el exclusivo modo M/A de los objetivos AF-S. Este modo es de enfoque automático, pero permite, sin tener que tocar ni ajustar ningún mando, enfocar manualmente en cualquier momento. La eficiencia del sistema de enfoque automático de los objetivos AF-S es, con diferencia, muy superior a la del resto de los objetivos autofoco de Nikon. Toda la gama de objetivos AF-S incorporan un motor denominado "Silent Wave" (Ondas silenciosas), que tiene un funcionamiento ultrarrápido y prácticamente inaudible.

Gracias a este motor, la velocidad de enfoque es increíblemente rápida y precisa, ya que dicho motor no tiene núcleo y por tanto su inercia es muy baja, lo que le dota de la ventaja de que puede acelerar al máximo y frenar con un retardo prácticamente nulo. Eso se aprecia cuando uno ve un objetivo AF-S pasar de infinito a la mínima distancia de enfoque en menos de 30 centésimas de segundo y sin un solo ruido, zumbido o similar. Tampoco se notan vibraciones internas ni nada parecido. Es sin duda ninguna, el mejor desarrollo de Nikon en sistemas autofoco. En conjunción con una F90X, una F100 o una F5, la velocidad de enfoque es de vértigo. Por supuesto, también tiene el modo de enfoque automático tradicional, pero ofreciendo además el modo M/A, no vemos razón para utilizar el tradicional, el nuevo modo es superior en comodidad de uso.

El parasol que viene suministrado con el AF-S 400 mm f/2,8D IF-ED es de fibra de carbono y de dos piezas, dos aros que se acoplan entre sí para formar un parasol más largo, pero que aún así no nos parece que tenga un largo suficiente, parece demasiado corto para cumplir perfectamente su cometido.

AF-S 500mm f/4D IF-ED

Las dimensiones de este "monstruo" son mayores que el 400mm en largo (casi 40 cm en total), pero con un diámetro menor (unos 13cm), debido a su menor luminosidad y tiene un peso bastante más contenido que el 400mm, inferior en más de 1 kilo menos de peso, aunque parezca sorprendente.

El aspecto y acabado son de la misma calidad que los otros objetivos analizados, es decir, excelente.

El aro de enfoque también es grande, pero en este caso aún más, siendo más ancho que la propia mano, algo tan sorprendente como inusual.

Todos los objetivos analizados llevan el brazo de sujeción al trípode, necesario en el 80-200mm y absolutamente imprescindible en el 400 y el 500mm. El brazo es desmontable (mediante destornillador en el 400 y el 500mm) por si no se va a utilizar trípode.

Además, estos últimos llevan situados 4 botones que se pueden utilizar para enfocar instantáneamente a una distancia previamente "memorizada". Esto ayuda considerablemente en ciertas situaciones en que sabemos que en determinado punto de la escena ocurrirá algo, así en ese momento al pulsar uno de los mencionados botones, el objetivo enfocará a esa distancia prefijada.

También cuentan los tres objetivos analizados con un limitador de distancias de enfoque, para evitar "bandazos" del autofoco al tratar de enfocar sobre una zona sin detalle alguno. En los tres casos tienen 2 posiciones, una desde infinito hasta unos 4 o 5 metros y otra desde ésta última hasta la mínima distancia de enfoque.

La definición de la imagen es, muy elevada así como el contraste, como era de esperar. El AF-S 500mm también tiene 3 elementos fabricados en cristal ED y está construido con 11 elementos en 9 grupos. Asimismo también cuenta con un cristal protector frontal a modo de Skylight de extraordinaria calidad y un portafiltros para filtros de 52 mm de diámetro, situado justo al lado del aro de diafragmas.

En la prueba de éstos superteles, hemos utilizado los objetivos con los duplicadores AF-I TC-14E y AF-I TC-20E para probar su rendimiento y el resultado ha sido muy satisfactorio: la definición y el contraste prácticamente no se ven afectados y tampoco se aprecian en absoluto viñeteo ni "flare".

AF-S 80-200mm f/2,8D IF-ED

El "pequeño" 80-200 (después de ver a sus hermanos mayores, hasta parece pequeño), también está en igual de bien equipado: motor de enfoque Silent Wave, enfoque interno, y elementos fabricados en cristal ED. Estéticamente es muy agradable y tiene un aspecto igualmente rugoso, como sus hermanos mayores. Además se sujeta bien a mano, pues el reparto de pesos está bien equilibrado y la sensación cámara en mano es que no pesa demasiado ni en su parte delantera ni en la trasera.

Tiene 2 aros, uno para el zoom y otro para el enfoque (también de tamaño grande, pero menos que sus hermanos). La velocidad del enfoque automático sigue siendo extraordinariamente rápida y el modo de enfoque M/A también está disponible para una elevada comodidad de uso.

El aro para trípode está muy bien diseñado en este objetivo. Es totalmente metálico, giratorio y se puede retirar para facilitar su uso cuando de antemano sabemos que no lo colocaremos sobre un trípode, además de que ocupa menos en la bolsa y aligera el peso de ésta.

Conclusion

Tenemos ante nosotros un trío de objetivos de la más alta calidad diseñados para fotógrafos que exigen una gran calidad óptica y luminosidad, pero exprimiendo al máximo las prestaciones de los últimos modelos de cámaras de la firma Nikon, mas que nada en el apartado autofoco. Puesto que tienen focales largas no son objetivos pequeños ni ligeros, pero si muy robustos y con elementos de cristal ED que elevan la calidad de imagen final hasta niveles fuera de lo normal. Ahora solo falta que en Nikon empiecen a dotar sus objetivos paulatinamente con el nuevo sistema de estabilización de imagen VR.

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