ROLLEIFLEX 2,8F

Hace ya bastantes años que Rollei decidió sacar al mercado un nuevo concepto de cámara: una bióptica de 6x6 o TLR (Twin Lens Réflex). Se trata de una cámara réflex de 2 objetivos, de los cuales uno —el de abajo, el famoso Planar de Carl Zeiss de 80 mm— es el que se encarga de exponer la película y el otro —un Heidosmat— el que muestra la imagen por el visor. Este sistema tiene la gran ventaja de que el visor no se oscurece en el momento de realizar la foto y, al no llevar espejo móvil, no hay posibilidad de que éste afecte a la nitidez de la toma con su vibración. La cámara, que está realizada totalmente de metal, como era costumbre de fabricación por aquellos años, respondía a las más altas exigencias de los fotógrafos de la época; era lo más avanzado por aquel entonces.

Esta cámara forma parte de un completo sistema, que incluye objetivos tele, angular, y una amplia gama de accesorios destinados a ofrecer una gran versatilidad en multitud de situaciones, incluyendo hasta una carcasa submarina. Todavía hoy algunos fotógrafos añoran esta cámara y las grandes satisfacciones que les dio.

El concepto

Realmente se trata de una profunda modificación de la cámara compacta de visor pequeño, en la que se ha cambiado el visor por un objetivo luminoso con pantalla de enfoque y adaptada al formato medio de 6x6. El espejo, al ser fijo, no produce vibraciones en el momento de realizar la toma, evitándose de este modo, una posible falta de nitidez . Sin embargo, y aunque dispone de unas grandes prestaciones, esta cámara puede resultar un poco incómoda de manejar para aquellos usuarios que no estén acostumbrados a este sistema.

La gama completa constaba de diferentes versiones adaptadas a diferentes necesidades: desde el modelo más avanzado hasta el más sencillo y, lógicamente, más accesible.

Un diseño que ha marcado época

Desde luego, y sin lugar a dudas, la Rolleiflex tiene una imagen que se ha quedado grabada en la memoria de muchos, incluso para los más profanos en este arte es conocida. El cuerpo está diseñado para sujetarse bajo la cabeza, a la altura del pecho, debido a que la imagen del visor se observa desde arriba; aún así, dispone de un visor opcional a la altura del ojo. Se sujeta con cualquier mano indistintamente, pero hay que ir cambiando, pues con la izquierda se accede al aro de enfoque y con la derecha al botón de disparo y a la palanca para el avance de la película y la carga del obturador.

En la parte superior encontramos el visor provisto de una tapa móvil desde la que se accede a la pantalla de enfoque. Totalmente intercambiable, al igual que la pantalla, este visor incorpora una lupa desplegable que permite enfocar con más precisión, y evita la entrada de luz parásita. Si en esta posición oprimimos con el dedo sobre el pequeño escudo "Rollei", en el frontal de la tapa, hasta que enclave en una posición inclinada, tendremos un visor directo, de acción, a nivel del ojo. No hay lentes por medio ni pantalla de enfoque, pero facilita un encuadre muy rápido.

La pantalla de enfoque es luminosa, pero no tiene un poder de definición como las actuales; de todas formas no resulta difícil cambiarla por una más moderna, incluso de Hasselblad, ya que es intercambiable por otras pantallas de Rollei para este modelo. Además tiene corrección automática del paralaje.

El visor también es intercambiable, como ya comentamos al principio, por uno con pentaprisma. Un capuchón opcional se acopla al visor estándar, apantallando y evitando la entrada de luz circundante. Tiene un tamaño considerable (casi tan grande o más que la cámara), e incorpora dos oculares para ver la pantalla de enfoque ampliada. Su forma se adapta perfectamente al contorno de la cara y es plegable.

En la parte derecha, según se mira la cámara de frente, encontramos cuatro controles que agrupan varias funciones. El más grande es el aro de enfoque, que con un giro de 3/4 de vuelta permite una distancia mínima de enfoque de 1 metro. Con las lentes de aproximación opcionales se puede llegar a enfocar 45, 32 ó 24 cm como máximo, pues existen 5 juegos diferentes de lentes de este tipo. Lo más sorprendente de este mando es la escala de profundidad de campo que varía automáticamente según el valor del diafragma seleccionado, en lugar de estar fijo como viene siendo más habitual. Desde luego, un detalle que es de agradecer, sobre todo en estos tiempos en que escasea tanto este tipo de información en los objetivos. Sobre el mismo mando está montado el fotómetro de selenio —fabricado por Gossen— sin TTL y de aguja. El sensor está formado por toda una banda de pequeñas lentes agrupadas en línea, debajo de la insignia frontal de "Rolleiflex". También en este mando hay un pequeño selector para recordar el tipo de película que hemos cargado: pancromática, ortocromática, color para 5500°k o para 3200°k.

Más abajo, y algo más pequeño, encontramos otro mando que permite regular la sensibilidad de la película —entre 12 y 1600 ISO, en intervalos de 1/3 de diafragma—, y la compensación de la exposición hasta un total de 3 puntos para la sobreexposición en intervalos de medio punto. Solo permite sobreexponer, debido a que es la única opción para compensar la perdida de luz al colocar cualquier filtro.

Dos pequeños mandos, iguales entre sí, se encargan de permitir la carga y descarga de los carretes en su compartimento.

Al otro lado de la cámara se encuentra una ventana circular que indica el número de fotograma (hasta un total de 12 fotos por rollo de 120) y la palanca plegable para la carga del obturador y arrastre de la película. Incorporado en la propia palanca de arrastre se encuentra un disco para el control de las exposiciones múltiples.

Características técnicas

Una vez se coge la Rolleiflex 2.8F comprobamos que su manejo no es nada difícil como podría parecer a primera vista. Con la mano izquierda enfocamos y regulamos el diafragma y con la derecha cargamos el obturador, regulamos la velocidad de obturación y disparamos. Para el ajuste de la velocidad y el diafragma dispone de dos discos situados a cada lado de las ópticas frontales. En la parte superior del Heidosmat, una pequeña ventanita se encarga de mostrar los valores seleccionados, para que se puedan ver desde arriba, con la posición natural de la cámara. El rango de diafragmas está comprendido entre 2,8 y 22, y se ajusta de forma continua, es decir, sin clics intermedios. El obturador es del tipo central (fabricado por COMPUR) con velocidades comprendidas entre 1/ 500 y 1" en pasos completos, y sin posibilidad de ajustes intermedios. El flash puede sincronizar a cualquier velocidad.

Su disparo es muy silencioso, así como la carga del obturador y el arrastre de la película, pudiendo usarla sin problemas en situaciones que requieren un gran silencio.

La parte frontal cuenta con un conector del tipo PC para flashes de estudio, un selector del tipo de bombilla de flash (aunque actualmente ya casi sólo existen los electrónicos), autodisparador incorporado y un seguro para el botón de disparo (para evitar disparos accidentales) que lleva a su vez una toma para el cable disparador. No se puede decir que le falte de nada...

Como complemento a las ópticas, Rollei ofrece unos accesorios, como por ejemplo, convertidores a focales Rollei-Mutar que se colocan delante del grupo frontal y que multiplican la distancia focal por 0,7 (pasando a tener una focal de 56 mm, equivalente a un 28 mm en el formato 135) o por 1,5 (convirtiéndolo a un 120 mm, equivalente a unos 75 mm en paso universal). De esta manera tenemos la única posibilidad de disponer de angular y de un tele.

Otros accesorios disponibles son las fundas para la cámara, filtros para B/N (control de contraste) y color, polarizador, difusor, flash, tubos adaptadores a microscopio, rótula panorámica para el trípode y una gran gama de adaptadores para película plana y de 35mm.

Por último, en la parte inferior, está la rosca para el trípode y el seguro para la apertura del respaldo donde se carga la película. Hemos de destacar el extraordinario recubrimiento antirreflejos de la caja oscura, al igual que su diseño, que se ha cuidado al máximo. En la misma tapa, por la parte exterior hay una tabla con los valores EV para ISO 100, ideal para ayudarnos a calcular rápidamente exposiciones equivalentes.

Conclusión

En fin, se trata de una cámara diseñada y fabricada a conciencia, sin ningún agujero (conceptualmente hablando) ni característica importante que se eche a faltar, incluso hoy día y que gracias a su objetivo Planar de conocidísima reputación, fabricado por la firma Carl Zeiss, en la cual Rollei confía desde hace muchos años, le garantiza una calidad de la toma final a la altura de lo mejor del formato medio. La calidad que puede ofrecer en términos de nitidez es muy alta, y colmará de satisfacciones a aquellos que gusten del sabor de lo añejo y disfruten con los aparatos –en este caso cámaras- bien hechos. Matrícula de honor para la firma de Franke y Heidecke.

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