PENTAX MZ-30

La Pentax MZ-30 se puede definir como una cámara totalmente enfocada al usuario que quiere mejores resultados que los que ofrecen las compactas, pero "sin complicarse la vida" con los diafragmas y "todo eso"...Para este tipo de usuarios, sin duda, es una buena elección: pequeña, ligera automática... Aun siendo una cámara del segmento de aficionado, brinda unas posibilidades bastante amplias para su categoría.

El cuerpo

Como es costumbre en estos últimos tiempos, y al igual que otras muchas réflex de 35mm, está hecho en base a un chasis de metal y una "carrocería" de policarbonato de color aluminio tirando a tono champán con goma negra en la parte frontal de la empuñadura. El aspecto menos agradable en términos de robustez es, tal vez, la montura para el objetivo, que está hecha totalmente de material plástico. Aunque el usuario al que previsiblemente está dirigida la MZ-30 no precise hacer numerosos cambios de objetivo, nunca está de más un extra de robustez en este apartado. El cuerpo de la Pentax MZ-30 pesa poco, aunque lógicamente no tanto como algunos modelos en los que se ha utilizado el plástico como único material constructivo; es, por tanto, ligera pero no excesivamente.
Entre sus características principales podemos destacar el dial de acceso rápido a casi todos los modos de funcionamiento que colabora en gran medida en su sencillo manejo en general.

A los mandos

El dial principal, que está situado a la izquierda del pentaprisma, nos permite seleccionar entre los principales modos de funcionamiento, que son: manual, prioridad de diafragma, prioridad de velocidad , 7 programas diferentes, el ajuste manual del ISO, y una última posición en la que podemos escoger entre activar o desactivar los pitidos de la cámara. En el ajuste manual, la velocidad se selecciona empujando a un lado u otro el disco que rodea al botón disparador (entre 1/ 2000 y 30", con posición B y sincro a 1/ 100), para aumentar o disminuir un paso la velocidad. El ajuste del diafragma en modo manual se hace del mismo modo pero manteniendo pulsado un botón situado junto al objetivo, justo encima del selector de foco automático y manual. El ajuste de la misma no se puede hacer ni en tercios ni en medios y en el caso de la velocidad ocurre exactamente lo mismo. En los modos Av y Tv (prioridad de diafragma y velocidad respectivamente), se regulan el diafragma y la velocidad con el mando que incorpora el botón disparador sin necesidad de pulsar ningún otro botón. De esta manera se simplifica bastante el manejo de los distintos modos.

Los 7 modos de programa, están pensados para facilitar al aficionado la toma de decisiones a la hora de enfrentarse a distintas situaciones como pueden ser los retratos, paisajes, macro, acción, escenas nocturnas, el modo verde (el estándar) y un último modo en el que el flash está siempre desactivado. Este último modo es el mismo que el verde, pero con esta particularidad. Una pega que comparten todos los programas es que no son desplazables, es decir que no se puede variar la combinación de velocidad y diafragma manteniendo la exposición. Junto al dial principal hay un botón que lleva el símbolo del flash, que lo despliega al pulsarlo, aunque esta operación se puede dejar en manos de la propia cámara para que ella lo haga cuando lo crea necesario.

En el lado derecho del pentaprisma tenemos el botón de apagado y encendido de la cámara y 3 botones más - además del botón disparador- que nos dan acceso a varias funciones. El primero de ellos, el que está situado más cerca del disparador, lleva varios símbolos que permiten reconocer rápidamente que nos da acceso a los disparos en ráfaga, el autodisparador y la multiexposición. Con la primera pulsación activamos los disparos en ráfaga, a una cadencia de 2 fps. Con una segunda pulsación, el autodisparador , que tiene un retardo de 12 segundos y va acompañado de pitidos, queda a la espera de ser utilizado. Y con la tercera pulsación, accedemos a la multiexposición, que está francamente bien diseñada. Al pulsar por primera vez de disparo, la MZ-30 queda a la espera del segundo, y una vez realizado el segundo disparo se cancela la multiexposición, pero si en ese momento en que está en espera pulsamos de nuevo el mismo botón de multiexposición, se añade un disparo más a la "lista de espera". Así podemos hacer todos los que deseemos sin tener que preocuparnos de desactivar la multiexposición al terminar o de programar previamente los disparos que queremos realizar, como ocurre en muchas otras cámaras. Bien pensada, sin duda.

El segundo botón controla los dos modos de flash: reducción de ojos rojos y despliegue del flash automático. La reducción de ojos rojos utiliza un solo destello de baja intensidad antes del disparo principal. El numero guía anunciado es 11 para ISO 100, pero en nuestras pruebas ha resultado ser 8. El funcionamiento del flash es TTL y lógicamente, la MZ-30 dispone de zapata para flash externo, también TTL.

Junto al ojal para la correa, a mano del pulgar derecho, tenemos el botón "ML", que bloquea la combinación de velocidad y diafragma con una pulsación para permitir el reencuadre habiendo efectuado la medición fuera del centro del fotograma. Con una segunda pulsación, se desbloquean ambos parámetros, lo que confiere una acertada ergonomía a la memoria de exposición, ya que evita el tener que mantener pulsado dicho botón durante todo el tiempo que dura la operación.

En el frontal de la MZ-30 tenemos un conector para el cable disparador eléctrico, específico de Pentax, el selector del autofoco (conectado, desconectado) y un tercer botón en medio de ambos. Este cumple por un lado la doble función de permitir el ajuste del diafragma en el modo manual en combinación con el disco que lleva el botón disparador y por otro acceder a la compensación de la exposición (de -3 a +3 EV, en pasos de 0,5). Esta compensación solo afecta a la luz ambiente, no la del flash.

El autofoco de la Pentax MZ-30 es bastante rápido, incluso diríamos que tiene mucho nervio, pues el giro del aro de enfoque del objetivo, la verdad es que es ultrarrápido. Con el objetivo con que la hemos probado, el enfoque es bastante certero, es decir que casi no tiene titubeos y el tiempo de respuesta desde que se pulsa el botón disparador, hasta que enfoca es muy breve. El sensor del autofoco es único, horizontal y de gran área, y el sistema está programado para enfocar, en el caso de que dos sujetos "caigan" en el sensor y estén situados a diferentes distancias, al que mayor porcentaje de sensor acapare. Es decir que no enfoca, como otros sistemas, al más cercano. El nivel de ruido en funcionamiento es apreciable y es un zumbido agudo parecido a las compactas cuando despliegan el zoom.

El visor

El visor de la Pentax está bastante bien en general. La luminosidad de la imagen es buena, así como la uniformidad del reparto de luz. La definición, también está a la altura y cuenta con un útil corrector de dioptrías, para ajustarse mejor a la vista del usuario. Hemos apreciado una distorsión considerable, pero no es del visor, sino del objetivo que hemos probado, el 28-80 f/3,5-5,6.

La información que muestra el visor es bastante completa, mostrando velocidad y diafragma en cualquier modo de exposición, además del símbolo que nos permite identificar el programa que seleccionamos en el caso de que lo hagamos. En los modos prioridad de diafragma y velocidad, se muestra subrayado el parámetro que tiene prioridad, es decir, el diafragma y la velocidad respectivamente, una manera sencilla de identificar el modo en el que estamos sin necesidad de apartar el ojo del visor. En el modo manual, además se muestra la escala digital "analógica" desde -2 hasta +2 Evs en medios para ajustar la exposición a nuestro gusto. También aparecen en el visor el indicador de bloqueo de la exposición y el del flash, tanto cuando la cámara nos sugiere utilizarlo, como cuando está desplegado. Con otro flash Pentax TTL colocado en la zapata, y dependiendo del modelo en concreto, se puede acceder a la sincronización a la cortinilla trasera y al flash de relleno.

La pantalla digital externa muestra prácticamente toda la información necesaria y casi es la misma que la que aparece en el interior del visor.

Conclusión

La Pentax MZ-30 es un buen combinado de prestaciones, sabiamente conjugadas y preparadas con una ergonomía bastante acertada, sobre todo para proporcionar una satisfacción mejor de lo común al usuario medio, u ocasional al que posiblemente está destinada. No se le echa en falta prácticamente nada para la categoría de cámara que es y tampoco le sobra nada. Tiene lo necesario y con ello satisfará muy presumiblemente a cualquier usuario del tipo comentado.

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