MINOLTA 9000

Minolta puede estar orgullosa de haber abierto por primera vez la puerta del autofoco en una réflex con la 9000 AF, en 1985. Hoy, trece años después, los sistemas autofoco han progresado hasta cotas cercanas a la ciencia-ficción para un fotógrafo en aquel año. Y no por ello la Minolta 9000 deja de ser interesante para un fotógrafo hoy.

La verdad es que la rapidez y exactitud del sistema autofoco de la Minolta 9000 no está a la altura de los sistemas actuales, aunque el principio de funcionamiento es exactamente el mismo. Afortunadamente tiene prestaciones que incluso hoy día están al alcance de pocos. Veámosla paso a paso. El cuerpo es metálico recubierto de plástico negro. De líneas angulosas, su diseño recuerda a la popular Minolta X-700. Lo primero que llama la atención es su palanca de avance de la película, no porque esta sea especial, sino porque es la única réflex autofoco que incorpora dicha palanca. A su derecha tenemos el pequeño interruptor de encendido y apagado de la cámara, que tiene una tercera posición que activa unos pitidos que nos avisan que el enfoque es correcto. El visor es luminoso, cubre un 94% de la imagen total e incorpora corrector de dioptrías y cortinilla del ocular. El punto de mira es más bien bajo y no permite ver con la facilidad deseada el panel LCD interior. Dicho panel, que se ilumina automáticamente en condiciones de poca luz, nos informa del modo de exposición, velocidad, diafragma, sensibilidad, valor del compensador de exposición, escala de medición de la exposición en modo manual e incluso del modo de medición. Una información tan completa que permite trabajar con la Minolta 9000 sin apartar el ojo del visor.

La gama de velocidades es amplia: de 30 segundos hasta 1/4000 de segundo en pasos de uno o medio punto según el modo de exposición. Los modos de exposición son los siguientes: manual, programa desplazable, prioridad de diafragma y de velocidad. Se seleccionan girando un gran disco situado a la derecha del pentaprisma, que tiene en su centro un panel informativo LCD que curiosamente proporciona menos información que el panel interior.

En los modos A y P la velocidad es infinitamente variable, en cambio está graduada en pasos completos en los modos S y M. Como demuestra la velocidad de 1/4000, el obturador no es manco y menos aun con una velocidad de sincronización de flash de 1/250, a la altura de las cámaras actuales más punteras.

La medición puede seleccionarse ponderada al centro o puntual girando el mando de rebobinado de la película, situado a la izquierda del visor, que por cierto es el más ingenioso y simpático que hayamos visto. Al lado de la posición "spot" nos encontramos dos posiciones más, una para luces (Highlights) y otra para sombras (Shadows), marcadas con una H y una S. La medición en este caso continua siendo puntual, pero al pulsar el botón AEL (bloqueo de la medición) ocurren dos cosas simultáneamente: se varía la medición en 2 pasos, sobre o subexponiendo según sea luces o sombras, y se bloquea dicha medición. Es una característica extraordinariamente útil y practica puesto que nos permite medir rápidamente sobre las sombras al usar película negativa y sobre luces al usar diapositivas. También a la izquierda del visor encontramos el botón de compensación de la exposición y el pulsador para ajustar la sensibilidad de la película. Ambos se usan en combinación con el dial de selección de la velocidad de disparo.

El rango de compensación es de 4 pasos arriba y abajo, escalonados en ½ de punto, y el margen de sensibilidad ISO ajustable manualmente está comprendido entre 6 y 6400 (de 25 a 5000 con código DX).

Acoplando el motor MD-90, que utiliza nada menos que 12 pilas para su funcionamiento, aumenta tanto la ergonomía en horizontal y vertical como la velocidad de disparo (lógicamente)que alcanza 5 f.p.s. El MD-90 lleva un contador de exposiciones y un selector de 5 posiciones de disparo.

Otras prestaciones que nos ofrece la 9000AF son la multiexposición, el terminal para sincro de flash PC, el mando de comprobación de profundidad de campo, la conexión para cable disparador o control remoto, las pantallas de enfoque intercambiables, autodisparador electrónico de 10 segundos de retardo, respaldos intercambiables (incluyendo un impresionante respaldo multifunción) y control del destello flash TTL.

 
Además tiene una serie de detalles que son de agradecer, como pueden ser la indicación del tiempo transcurrido disparando en B, la conmutación automática a la velocidad sincro ( o menor) al conectar un flash dedicado. Lo único que a nuestro juicio se les quedó en el tintero a los ingenieros de Minolta es el cierre de espejo, imprescindible para reducir las vibraciones al máximo en situaciones especiales.

La variedad de ópticas utilizables es extensa, admitiendo cualquiera de las fabricadas desde que salió al mercado ésta semiprofesional hasta las últimas del catálogo Minolta. Para la prueba hemos utilizado el AF 50mm 1.7 y el AF 28-70mm 2.8G.

¿Conclusión?

Se agradece el despliegue tecnológico que en su día Minolta insufló a la 9000AF para que hoy día sus características más importantes, tanto mecánicas como electrónicas merezcan una calificación de notable, algo que sin duda no podríamos decir de un ordenador de 1985 en la actualidad si nos permiten la comparación.

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