LEICAFLEX SL: SOLO PARA PURISTAS

Esta es sin duda la frase que mejor define en pocas palabras a la Leicaflex SL. Es una especie de M6, pero réflex. Sólo contiene lo esencial: excelentes ópticas, buena mecánica y fotómetro puntual. Como una M6.

La Leicaflex es una cámara sencilla de apariencia y manejo. El cuerpo es totalmente metálico (su peso da buena fe de ello) y el acabado exterior es de excelente calidad y larga duración. Con un diseño sencillo, pero elegante, y un manejo muy simple, una vez en las manos se puede empezar a disparar con ella casi al momento.

Cuenta con dos grandes mandos en la parte superior, que son los de velocidad del obturador y sensibilidad de la película. Este último lleva además un recordatorio del tipo de película que estamos usando (blanco y negro, diapositivas,...). Las velocidades van de 1 segundo a 1/2000 más posición B y la sincro de flash es de 1/100 de segundo. Una característica importante es que permite el uso de velocidades intermedias infinitamente variables salvo entre 1/4 y 1/8 y entre 1/30 y 1/60. Esto es algo muy útil sobre todo cuando hay que afinar mucho en la exposición y la posición del diafragma tiene prioridad sobre la velocidad (que suele ser en la mayoría de los casos).

El visor es bastante luminoso y nos informa de la velocidad seleccionada. También vemos el estado del fotómetro y la posición aproximada del diafragma. En la pantalla de enfoque está bien delimitada el área de medición, que por cierto es semipuntual, por llamarla de alguna forma (es un circulo de 6,9mm de diámetro, un 4,3% del área de la foto).

En el frontal tenemos el mando del autodisparador, con un retardo de 10 segundos, el mando de comprobación de la profundidad de campo, y las conexiones para el flash. Y digo conexiones porque cuenta con dos: la de flash electrónico y la de lámpara de flash antigua. A un lado del pentaprisma sobresale un pequeño botón que sirve para comprobar el estado de la pila (del tipo botón) que se aloja en la parte inferior de la Leicaflex. Como se puede apreciar, es una cámara para concentrarse en lo esencial de la foto: la luz, el encuadre,...

Y de las ópticas, ¿que más podemos decir que no se haya dicho ya? Pues poca cosa; de todos es conocida la extrema calidad de los objetivos Leica: increíble nitidez, hasta en las esquinas; inapreciable distorsión; altísimo poder de resolución; elevado contraste; excelente protección contra reflejos internos; mecánica de alta precisión, en fin, como dice la propia Leica en sus folletos publicitarios, "rozan los limites de lo técnicamente realizable"

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