Gama de color

La gama de color es un dato cada vez más importante en la elección de un monitor. Llevamos años usando monitores que muestran todos ellos prácticamente la misma gama: la sRGB. Pero desde hace muy poco han empezado a surgir monitores con gamas más amplias y cercanas al Adobe RGB. La diferencia de color entre ambos no puede explicarse en palabras, pero puedo asegurarte que la primera vez que vi los colores de mi NEC Spectraview Reference, uno de los poquísimos monitores que llegan a superar la gama de color Adobe RGB 1998 (un 107%), me quede casi paralizado en la silla. Era como una explosión de color; de repente me di cuenta de lo apagados que eran los colores puros en un monitor normal en comparación a estos otros. De verdad que es algo inexpresable con palabras; hay que verlo.

El Eizo S2232W es una de esas pantallas que alcanzan una gama de color muy amplia, equivalente al 95% del espacio Adobe RGB 1998, según anuncia EIZO.

Para medir esta gama es necesario calibrar el monitor con un buen colorímetro o, mejor aún, con un espectrofotómetro. Veamos entonces cuál es la gama de este Eizo:

Espacios de color


Espacio sRGB

Vemos que la gama de color es amplísima y cubre, como se anuncia, una parte muy importante del espacio Adobe RGB y casi la totalidad del ISO Coated, el espacio de referencia para las imprentas en Europa.

Fidelidad de color sin calibrar

Otro dato interesante es la fidelidad de la reproducción del color con los ajustes que vienen de fábrica. Para medir la respuesta de color he ejecutado el test de validación de la calibración que incorpora el software Spectraview de NEC, que entrega los resultados de forma muy gráfica y fácil de leer. Lo que este software hace es medir cómo representa el monitor una serie de colores concretos y bien definidos y compararlos con unos valores de referencia, para finalmente calcular la diferencia de color que ha ocurrido. Los colores son éstos:


Grupo de colores que se comprueban durante la validación.

Los 9 primeros forman parte de la gama de grises, y a partir de estos tenemos toda la gama de color: rojo, naranja, verde, cian, azul, morado...

Esta diferencia se expresa en valores dE (se pronuncia "delta e", y son valores de diferencia colorimétrica). Se asume que una diferencia de dE 1 es inapreciable, una de 3 es bien visible y una de 5 salta a la vista claramente. Y éste es el resultado:


Resultado de la validación antes de calibrar, con los parámetros que trae de fábrica.
Cuanto más altas sean las columnas, mas diferentes son los colores
que se ven en pantalla con respecto a lo que deberían ser.
La zona verde del fondo indica los valores buenos;
la amarilla los regulares y la roja, los inaceptables.

Vemos que el resultado es malo, aunque no tanto como esperaba, ciertamente. Curiosamente, los valores de fabrica no están tan desviados como en otros modelos.
Veamos ahora cómo queda el monitor cuando está calibrado.

 

 

Fidelidad de color después de calibrar

Es mucho más importante saber qué fidelidad se consigue cuando el monitor está calibrado, puesto que es lo que interesa para el trabajo diario. Para ello, una vez calibrado se hace una validación y se examinan los resultados, que han sido los siguientes:


Y, de nuevo, como era de esperar en un EIZO, los resultados son muy buenos
a excepción del azul profundo que se desvía un poco más de un dE 2.
La mayoría de colores están por debajo de dE 1, lo cual es un valor excelente.

Conclusión

En vista de todo lo anterior, podemos decir que el EIZO es un monitor de una calidad elevada, a la altura de lo que se espera de este reputado fabricante. Teniendo en cuenta sus prestaciones y precio, es una pantalla recomendable para un aficionado avanzado o un profesional.

LO MEJOR LO PEOR
Gama de color muy amplia Variación de color al mirarlo en ángulo.
Negro profundo Botonera poco visible y poco manejable
Buen contraste estático  
Buen reparto de la iluminación  
Negro muy uniforme  
Precio ajustado para ser un EIZO  

Agradecimientos a: Iñigo Gil, de Didecaf, a Rafael Esteban, de Eizo Iberia, a Miguel Gonzalez y a Albert Masó, por las correcciones del texto.

 

 
 
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